*En el Museo Amparo de la ciudad de Puebla se alberga el legado del artista oaxaqueño en la exposición Lu’ Biaaniqui, con las instantáneas que el artista plástico Francisco Toledo tomó de sí mismo
Guadalupe Juárez
Puebla, Pue.- Sus pies agrietados cubiertos por las tiras de sus guaraches, su rostro deforme cuando toma la cámara por encima de su cabeza para hacer el autoretrato con una Polaroid son parte de las instantáneas que el artista plástico Francisco Toledo tomó de sí mismo, un fragmento de la huella que dejó en la fotografía.
Esos rastros han sido recolectados y reunidos en Puebla en la exposición Lu’ Biaaniqui, palabras zapotecas que significan “ojo de luz”, en la cual reúne el legado de Toledo como promotor cultural y su papel en la foto en México, desde su trabajo hecho en mayor parte en Oaxaca.
Tres salas del Museo Amparo albergan su legado, sí, sus autoretratos abstractos, en los que su cabello largo, canoso y aspecto desaliñado se distinguen entre las manchas de las fotos intervenidas.
Pero también, algunas de las fotografías que fueron tomadas por sus amigos o personas que lo conocieron y decidieron fotografiarlo, mientras trabaja o camina por las calles.
Una de ellas lo plasmó en una fotoescultura con su playera azul rey y un pantalón crema, con el cabello revuelto, con el rostro serio ¿Los autores? Geska y Robert Brecebic.
Su legado es también el trabajo de otros fotógrafos que nació en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo en Oaxaca, fundado por Toledo en 1996, en el cual promovió la fotografía en exposiciones, talleres y conferencias.
Y esa semilla germinó. Hombres encapuchados con armas largas esperando, otro de pie sosteniendo un rifle y viendo directo a la cámara, la parte posterior de un hombre usando un pasamontañas son las postales de la colección zapatistas, tomadas por el fotógrafo Juan Carlos Reyes. Todas en blanco y negro.
Toledo y Juan Rulfo, Toledo y Guillermo Kahlo, Toledo y Romualdo García, nombres que tejieron parte de la colección de Toledo en los años 80 y 90. En la última década resuenan más nombres que forman parte del legado del oaxaqueño, uno de ellos de Yael Martínez, ganador de premios como el World Press Photo y uno de las últimas generaciones en fortalecer sus conocimientos en los espacios de impulso creados por el artista.
De Toledo se conoce su pintura y escultura, su riqueza imaginativa, su participación en causas ambientalistas y culturales, así como su papel en la creación de instituciones en su natal Oaxaca.
Su trabajo fue expuesto espacios como el Museo de Arte Moderno en México, en Londres y París, recibió premios y un doctorado honoris causa. Sus obras forman parte de colecciones de museos como el Tamayo, el MoMA en Nueva York y el Museo de Arte Moderno de Filadelfia.